"Abre tu boca
y la llenaré con mi Palabra."
(Salmo 81, 11c)
"¡Alma sosegada!
¡Vuelve a tu Señor, contenta en Su contento!
¡Y entra con los que me sirven en Mi Jardín!"
(Qurân 89, 27-30)
"Reza, espera y no te preocupes.
La preocupación es inútil.
Dios es misericordioso y escuchará tu oración..."
(Pío de Pietralcina)
Parece que la hora undécima toca a su fin: Ares agita eficaz la conciencia. Buen momento para recordar el modo de poner en práctica la herramienta que aprendimos en nuestra infancia, para rescatar el inmenso poder de la oración.
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